

l tema de la filosofía es muy antiguo. La palabra significa El amor, el estudio y la búsqueda de la sabiduría o el conocimiento de las cosas y de sus causas, ya sea teórica o prácticamente
Todo lo que sabemos de la ciencia o de la religión proviene de la filosofía. Está detrás y por encima de cualquier otro conocimiento que tenemos o usamos.
Durante largo tiempo considerada como un tema reservado para los salones del saber y los intelectuales, el tema se le ha negado al hombre de la calle hasta un grado notable.
Rodeada de capas protectoras impenetrables de erudición, la filosofía se ha reservado a unos cuantos privilegiados.
El primer principio de mi propia filosofía es que la sabiduría está dirigida a todo aquel que desea alcanzarla. Es el sirviente tanto del plebeyo como del rey, y nunca se le debe contemplar con un temor reverente.
Los eruditos egoístas rara vez perdonan a alguien que trate de derribar los muros del misterio y dejar que entre la gente. El moderno filósofo americano Will Durant fue relegado al montón de los desperdicios por sus colegas eruditos cuando escribió un libro popular sobre el tema, El resumen de la filosofía. Así es como los insultos se cruzan en el camino de cualquiera que intente hacer llegar la sabiduría a la gente por encima de las objeciones del círculo íntimo.
El segundo principio de mi propia filosofía es que esta se pueda aplicar.
El aprendizaje encerrado en libros enmohecidos es de poca utilidad para nadie, por lo tanto, carece de valor a menos que pueda usarse.
El tercer principio es que cualquier conocimiento filosófico es valioso solamente si es cierto o si funciona.
Estos tres principios son tan extraños al campo de la filosofía que yo le he dado un nombre a mi filosofía: Scientology. Esto sólo quiere decir saber cómo saber.
Una filosofía sólo puede ser una ruta hacia el conocimiento. No es algo que se pueda imponer por la fuerza. Si uno tiene una ruta, entonces puede encontrar lo que es verdad para él. Y eso es Scientology.